ACERCA DE NOSOTROS

El COMEDOR INFANTIL DON BOSCO desarrolla actividades atendiendo a la población de los Barrios Juan XXIII, El Bosque y Don Bosco. Un sector popular del noroeste de la capital de la provincia del Tucumán.


En esas zonas encontramos: 
·   Desempleo y subempleo. 
·    Condiciones habitacionales inadecuadas (hacinamiento, construcciones precarias)
·    Bajo rendimiento escolar, repitencia, sobre edad y deserción de los niños y niñas.
·    Delincuencia y problemas de adicciones.

A modo de Historia...
En el año 1966, en la provincia de Tucumán, se cierran 11 ingenios azucareros, principal actividad laboral de las poblaciones rurales. Esto produce en un éxodo masivo de gente desde el interior de la provincia hacia la ciudad capital, ubicándose en zonas periféricas a la ciudad de aquel entonces. Ante la escasez de trabajo para aquella población, comienzan a sufrir situaciones de vulnerabilidad: hambre, desnutrición, desempleo, delincuencia, etc. 
En éste contexto, el P. José Alfredo Carrone, sacerdote salesiano, Párroco de la Parroquia San Juan Bosco por aquel entonces, abre un comedor destinado a niños y ancianos de la zona a fin de dar respuesta a esas necesidades. 
Pasaron muchos años y aquella zona sigue padeciendo una problemática de pobreza que ya es estructural y que se visibiliza por el empeoramiento de sus condiciones de vida. 
El Comedor Infantil intentó durante las diferentes crisis que vivió el país en las últimas décadas, atender las necesidades nutricionales, educativas y recreativas de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, promoviendo actividades que fortalecieran la familia.


La educación popular como una visión 
Nuestras actividades parten desde los conceptos y experiencias del Brasileño Paulo Freire, que considera a la educación popular como una herramienta liberadora que promueve el cambio, a partir de la concientizacíon de las clases populares. 


La educación popular es un proyecto transformador que busca construir organización para la lucha contra la desigualdad social que excluye y margina a grandes grupos sociales. Por eso, es necesario que las clases populares tomen conciencia critica, que elaboren su propio saber para poder liberarse de la opresión en la cual viven. 


La educación popular no es un concepto determinista, sino dinámico porque se adapta a las diferentes situaciones. Se trata de una educación que busca liberar los pensamientos y las prácticas de los grupos sometidos a partir de la toma de conciencia y no desde una enseñanza mecánica.


Métodos de Paulo Freire
  • Observación participante de los educadores.
  • Búsqueda de palabras generadoras
  • Codificación de las palabras en imágenes
  • Problematizar el escenario cultural
  • Recodificación crítica y creativa


Nuestras Convicciones
Referirse a la pobreza es reconocer los múltiples impactos de ella en la vida de los niños, adolescentes y jóvenes. Un alto porcentaje de esta población ve amenazada su posibilidad de condiciones de vida que le permitan un desarrollo armónico.
La ausencia de una cultura del trabajo y del esfuerzo, la ausencia de modelos de vida válidos y significativos, la falta de espacios de protagonismo auténticos constituye la lógica imperante que repercute en los jóvenes.

También, se ven afectados por el deterioro de la calidad de los aprendizajes logrados y las  dificultades para el acceso y permanencia en el sistema educativo.
Hay un dispositivo de exclusión educativa real y simbólica, debido a la falta de adecuación de la cultura organizativa de la escuela y del curriculum a la singularidad de las culturas juveniles emergentes. En un contexto de pobreza y exclusión, la deserción escolar se relaciona con otras situaciones de riesgo social: vinculación con los circuitos de la droga, el alcohol y, con frecuencia, violencia y actividades delictivas.

No obstante, como Institución perteneciente a la Familia Salesiana, seguimos creyendo en las posibilidades de superar estas situaciones de riesgo que enfrentan  los jóvenes y las famitas mas afectadas. Frente a estos desafíos tenemos grandes posibilidades y al mismo tiempo importantes responsabilidades.

La educación, sin duda, constituye un instrumento de inclusión social y ante la realidad de exclusión que vivimos, tenemos la ardua tarea de ofrecer en nuestro Centro Educativo y de Formación Profesional una oferta de calidad. Es uno de los medios más significativos y efectivos con los que contamos para llegar a los sectores más marginados de la sociedad.

Por todo esto, hace ya tres años el Comedor Infantil Don Bosco, además del servicio propio de comedor, comenzó a ampliar su trabajo social con mas profundidad en el área de la Educación Formal (terminalidad de EGB, y secundario, y de Capacitación Profesional) con el respaldo del Ministerio de Educación y Cultura de la Provincia de Tucumán, a través de la Dirección de Nivel Jóvenes y adultos y Educación No Formal, quien a la vez de favorecer con el aporte de los capacitadores, certifica el curso, dándole formalidad y respaldo oficial, importantísimo garante ante el empleador que corresponda.
El conjunto de estas condiciones son un desafío y fortaleza para nuestra propuesta de educación profesional.